Como decía Richard Feynman,:
“Está bien tener la mente abierta, pero no tanto como
para que se te caiga el cerebro”.
Parte 5: La información y la vida
“No debes hacer mucho caso de lo que la gente te dice,
simplemente seguir tu camino, como lo sientes”.
Cédric Villani (matemático analista medalla Fields)
La idea de información se basa en analizar cuán probable
es un mensaje de entre un cierto número de alternativas. Así, la información
ayuda a reducir la incertidumbre y a tomar decisiones.
La física ha demostrado que la materia es a la vez corpuscular
y ondulatoria: las ondas permiten recibir y emitir informaciones. Todo
organismo emite informaciones para vivir y sobrevivir.
Tras su definición científica, la información ha sido
interpretada como una medida de la complejidad de los sistemas físicos. Por
ejemplo, en la década de los 60, el ecólogo Ramon Margalef usó el índice de
Shannon-Weaver para estudiar la biodiversidad de los ecosistemas. Aquellos más
diversos, con numerosas especies representadas equitativamente, son los que
registran mayor información. Para el ecólogo “la información se expresa por un
mecanismo y almacenar información, significa incrementar la complejidad de
este”. Dicho de otro modo, los seres vivos y sus relaciones han ganado y
almacenado información a medida que se han ido volviendo más y más complejos a
lo largo de los millones de años de evolución.
En los seres vivos, la información recabada mediante la
hiperincursión permite su supervivencia, proporcionando información sobre una
gran diversidad de experiencias del futuro
para poder escoger la actuación más útil para el presente gracias al
desdoblamiento del tiempo.
En nuestra memoria el futuro esta tan presente como el
pasado porque es un conocimiento innato y vital. Debido a la diferenciación de
los tiempos, el inconsciente es en realidad un consciente memorizable pero en
instantes tan rápidos que siempre parece fuera de nuestra conciencia.
Las leyes de la física dicen que no se puede obtener energía a partir de
nada -aún peor, siempre se obtendrá menos energía de un sistema de la que a él
se transmite. Pero un experimento a nanoescala inspirado por la paradoja del
siglo XIX conocida como “El demonio de Maxwell”, que parecía romper esas leyes,
demuestra ahora que se puede generar energía a partir de la información.
Masaki Sano, físico de la Universidad de Tokio, y sus colegas demostraron en
el 2010, que puede convencerse a una gota para que suba una ‘escalera espiral’
sin que se transfiera directamente ninguna energía a la gota para empujarla
hacia arriba. En lugar de esto, es persuadida de manera selectiva aprovechando
las fluctuaciones de radiación térmica a lo largo de su ruta, a modo de una
serie de decisiones juiciosamente sincronizadas, para que cambie la altura de
sus “pasos” basándose en la información de la posición de la gota. En este
sentido, “la información se convierte en energía”, dice Sano. El trabajo se publico
en Nature Physics.
Así pues la información se puede transformar en energía y como sabemos, por
la famosa formula de Einstein que nos dice que la energia es igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz, existe una equivalencia
entre energía y masa. De este modo tenemos que la energía, la masa y la
información son intercambiables.
En palabras del Catedrático de física de
partículas de la Universidad de Oxford Vlatko Vedral:
“Cuando analizamos las unidades fundamentales de la
realidad, las que componen todo a nuestro alrededor, creo que ya no debemos de
pensar en estas unidades como fragmentos de energía o materia, sino que
deberíamos pensar en ellas como unidades de información. Me parece que la
mecánica cuántica, nuevamente, supone la clave para entender este fenómeno,
porque la mecánica cuántica tiene otra propiedad (que supongo que a personas
como Einstein no les gustaba) que es la siguiente: en la mecánica cuántica no
se puede decir que algo exista o no a no ser que se haya realizado una
medición, así que es impreciso decir: «tenemos un átomo situado aquí» a no ser
que hayamos interactuado con ese átomo y recibido información que corrobore su
existencia ahí. Por ende, es incorrecto lógica y físicamente, o mejor dicho
experimentalmente, hablar de fragmentos de energía o materia que existan con
independencia de nuestra capacidad de confirmarlo experimentalmente. De algún
modo, nuestra interacción con el mundo es fundamental para que surja el propio
mundo, y no se puede hablar de él independientemente de eso. Por esta razón, mi
hipótesis es que, en realidad, las unidades de información son lo que crea la realidad,
no las unidades de materia ni energía.
Si no estuvieras aquí observándome, la física cuántica
sugeriría que yo también podría estar en muchas otras ubicaciones a la vez. Sin
embargo, tengo muchos átomos dentro, y cada uno de estos átomos emite luz, y
cada vez que una partícula de luz o fotón llega a tus ojos, ves exactamente la
información sobre de dónde procede esa luz. Y, como emito muchas partículas de
luz por segundo, sigues recibiendo la misma información de que estoy sentado
aquí hablando contigo. Pero si pudieras aislarme de algún modo, y asegurarte de
que no emitiera ninguna información, entonces probablemente podría estar en
varios sitios simultáneamente. Es muy extraño.
De todo ello sólo cabe esperar una nueva era basada en la
incertidumbre y la aleatoriedad, donde la realidad se construye a cada instante
por la acción de sus componentes, quedando fuera de este proceso conceptos
tales como el dogmatismo y el determinismo, pues si algo queda claro es que
cada uno de nosotros, como parte de ese sistema que es el Universo, estamos
creando realidades y debemos ser conscientes de ello en cada una de nuestras
decisiones y actos. Nunca sabremos a quién o a qué podemos estar afectando…”
Volviendo a la TdDT, y de acuerdo con las observaciones de Vlatko Vedral, podemos ver nuestra vida como una sucesión de instantes
perceptibles, actualizando nuestra información con la procedente de impulsos
imperceptibles de un futuro experimentado por otro en las aberturas de un
tiempo cuyo transcurso siempre parecería idéntico a él mismo.
En realidad nuestro cuerpo y lo que percibimos, definen
un presente, el nuestro, pues al fin y al cabo somos una criatura observadora,
-participante- en el experimento de la vida, y nuestro vecino siempre actualizará
un presente diferente al nuestro.
Quizás los neutrinos tengan algo que ver con el
entrelazamiento cuántico y la velocidad de intercambio de información entre los
tiempos.
Según Federico Sánchez,
físico investigador del Instituto de Física
de Altas Energías, los neutrinos han fascinado a los científicos desde que
Fermi los propuso en los años 30 del siglo pasado para explicar la
desintegración beta. Los neutrinos son raros incluso para los físicos de
partículas, son partículas muy livianas, las más livianas que conocemos de
entre las que tienen masa, no tienen carga eléctrica ni son sensibles a la
interacción nuclear fuerte. Son tan livianas que hasta 1998 los
científicos no se convencieron de que tenían masa no nula. Por esta razón son
partículas que no están ligadas en la materia como los electrones o los quarks
que constituyen los protones y neutrones en el núcleo. Podemos imaginarnos que
vivimos inmersos en una sopa de neutrinos, y nos cruzan millones de ellos por
segundo sin que notemos su presencia.
Sus propiedades son tan diferentes de las partículas que
conforman la materia ordinaria que nos hacen suponer a los físicos que pueden
esconder sorpresas y ayudarnos a entender el universo y los mecanismos que lo
rigen, de modo que no sería extraño que los neutrinos pudiesen superar la
velocidad de la luz, es decir ser superlumínicos.
Hay tres tipos de neutrinos, cada uno asociado a un tipo
de partícula diferente electrón, muón y tau (estos últimos son sólo electrones más
pesados). Los neutrinos tienen masa pero los neutrinos de cada tipo no tienen
una masa bien definida, sino una mezcla de varias masas. Como los neutrinos
tienen masas distintas cuando vuelan a través de algo tienen diferentes
velocidades e interfieren como lo hacen ondas en un líquido o en el aire, y
esto abre la posibilidad de estudiar la asimetría materia antimateria en el
universo.
Nuestro Universo puede entenderse de diversas maneras.
Están los límites de lo que podemos ver: es decir el radio del universo que
somos capaces de ver con luz y que corresponde a la distancia que ha viajado un
fotón de luz desde el Big Bang. Existe un universo más allá pero es invisible
para nosotros.
Esto concuerda con la TdDT en la que la velocidad de la
luz corresponde a la percepción de nuestro tiempo presente, mientras que todo
lo que va más rápido, como la velocidad de la información, forma parte de un
tiempo, pasado o futuro, -otros horizontes de desdoblamiento o universos- no
observable según la definición del desdoblamiento.
A la velocidad de la información (857.000.000.000 Km/s.),
cualquier información procedente de los límites de nuestro universo visible nos
llega en 85 años. Es por eso que una vida terrestre de por lo menos eses
tiempo, nos permite tener acceso a las respuestas para cada una de nuestras
preguntas universales (de nuestro universo).
Para ser verdaderamente libres de elegir nuestro destino,
es necesario conocer la ley del desdoblamiento y la aceleración fulminante del
tiempo que nos aportan los sueños y los tiempos llamados de inconsciencia.
No hay nunca una predestinación puesto que un futuro
puede expulsar a otro instantáneamente.
Nuestro presente es una actualización permanente de
futuros potenciales que no necesitan ninguna reflexión. Esta actualización”
instintiva es personal. Depende de cada uno de nuestros proyectos. El pensar en
un porvenir siempre la hace vivir. Pensar que es imposible la suprime.
La actualización de algo es posible solamente si tenemos
ganas, en un momento dado, de un futuro concreto, especial, ya existente. Sin
embargo nuestro doble debe seleccionar nuestros futuros antes de que los
actualicemos.
Las informaciones del futuro a menudo están llenas de
mentiras, pues nuestras propias mentiras acarrean inmediatamente consecuencias
falsas en esa realidad imperceptible, que más adelante pueden ser actualizadas
en nuestro presente.
Nuestro doble puede modificar los futuros inconvenientes que
nosotros hemos creado, sin embargo, en nuestra vida presente solo puede actuar
a través de sugerencias a modo de intuiciones. Nuestra libertad es siempre
total. En el transcurso de los intercambios de información, nuestro doble informa
al futuro, a través de nosotros, de los potenciales más adecuados a nuestras
auténticas necesidades.
La información está en los campos para ser compartida, y
como es de saber popular, “no se pueden poner puertas a los campos”, luego
podemos decir que la propiedad intelectual es un medio de control no deseable
para la vida. La mayoría de los casos reflejan el poco sentido común que tiene,
y queda claro que su lucha, no atiende a la evolución, sino al dinero por
encima de la innovación, socavando mezquinamente el derecho natural a la
información y al conocimiento libre.
Por otra parte, bien pudiera ser, que si bien la
transmisión de la información mediante el conocimiento precisa de un proceso de
pensamiento lógico racional lingüístico cognitivo, parcialmente controlable
mediante la propiedad intelectual, el saber, independientemente de si proviene
o no de un conocimiento consolidado, no precisase de ningún lenguaje pues el
saber es experiencia, y como tal, ha pasado a pertenecer al digamos “pensamiento
cuántico del campo mórfico”, que, de alguna manera, podríamos decir que es
telepático.
Los seres vivos estamos constituidos de materia, y esta
es a la vez corpuscular y ondulatoria. Nuestro aspecto ondulatorio nos permite
anticipar el futuro y evitar peligros inútiles.
Barcos y aviones hacen algo parecido. Emiten ondas de
radar que se reflejan sobre los obstáculos. Los submarinos hacen lo propio con
el sonar. Cuando captan un eco pueden modificar la ruta. Hacen una maniobra en
el presente debido a un futuro potencial que ha sido reflejado del futuro.
Ocurre lo mismo con los seres vivos que emitimos y
recibimos informaciones ondulatorias. Todas las células lo hacen.
Siempre vivimos un eco del tiempo. A cada instante,
exponemos un problema que, en el futuro, se resuelve instantáneamente de múltiples
maneras por hiperincursión. Automáticamente nos llega una solución. La extraemos
de entre un potencial disponible. Basta con saber reconocerla cuando llega el
momento.
Aquí surge la pregunta de ¿quién manda? Según las
experiencias del profesor Libet, nuestro cerebro recibe instrucciones con un
tiempo de anticipación de entre 0,4 y 0,7 segundos antes de que pensemos en dárselas.
Conociendo la aceleración del tiempo, podemos suponer que recibe informaciones
del futuro.
Esto demuestra que actuamos en función de proyectos
pasados individuales o colectivos, que han puesto en marcha un potencial, y
nuestro cerebro actualiza ese futuro antes que nosotros.
Actualizando un futuro potencial que otra persona ha creado
y que sin nosotros nunca hubiera existido en la Tierra, molestamos el presente
de todo el mundo y participamos en el desorden planetario, de modo que es
fundamental aprender a conocerse de manera acelerada en otro tiempo, para saber
hacerse las preguntas adecuadas en el presente y no actuar o pensar en función
de potenciales colectivos opuestos a los nuestros.
Un ser humano es más importante por sus potenciales que
por su vida en un lugar concreto en donde está confrontado a toda clase de
dificultades, es por esto que nuestros
pensamientos y sueños son más importantes que la propia vida.
Fuentes:
- Cambia tu futuro por las aperturas temporales. Lucile y Jean-Pierre Garnier Malet. Corine Leblanc Editions.
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