Recordemos que el desastre
nuclear de Fukushima Daiichi fue un fracaso catastrófico de todas las
medidas de seguridad de la Central Nuclear de Fukushima 1, operada por Tokyo
Electric Power Company ( TEPCO
), ocurrido el 11 de marzo de 2011.
El accidente se produjo básicamente después de que la planta fuera
golpeada por un tsunami provocado por el terremoto
de Tōhoku de magnitud 9,0 (dudosa catástrofe natural). El tsunami provoco
que la planta quedase aislada de la red eléctrica y con las baterías y
generadores eléctricos de emergencia dañados, por lo que pronto se quedo sin energía
eléctrica para posibilitar la refrigeración de los reactores nucleares, que a causa del exceso de calor, sufrieron
diversas explosiones (de extraña e inusual magnitud) que colapsaron de diversa
manera los distintos reactores.
Es de destacar que el territorio que rodea la
central estaba catalogado como una zona de actividad sísmica mínima y el nivel
de resistencia antisísmica de la instalación era "notablemente bajo",
de manera que la central de Fukushima Daiichi no podía resistir ni al seísmo ni
al tsunami del 11 de marzo de 2011.
Pese a que al menos a partir de 2006, Tepco y Nisa
(autoridad nuclear japonesa) disponían de informaciones según las cuales un
tsunami más fuerte de lo previsto podría provocar la pérdida total del
suministro eléctrico, con el consiguiente peligro de fusión del núcleo de uno o
varios reactores, cuando se produjo el seísmo de 2011, Tepco aún no había
realizado cierto número de mejoras en los reactores 1, 2 y 3, aunque la Nisa las considerara necesarias.
El accidente nuclear fue provocado por el terremoto, no
únicamente por el tsunami
La cadena de sucesos privaron a cinco de seis
reactores de toda alimentación eléctrica (uno solo, el nº 5, conservó una
alimentación de corriente continua, pero no estaba en producción en el momento
del accidente, a diferencia de los reactores 1, 2 y 3).
Como consecuencia de todo
ello, los reactores se vieron seriamente afectados y solo
unas cuantas horas después del tsunami, las barras de combustible de los
reactores 1, 2 y 3 de la central nuclear de Fukushima, comenzaron a fundirse.
Las pastillas de Uranio y de Plutonio se derritieron hasta llegar a los 3000°
C, para dar nacimiento a una masa informe de magma incandescente llamada Corio
(la peor pesadilla para el lobby nuclear).
Poco tiempo después, el Corio se
desplomo e inició su descenso hacia el exterior de la vasija y del recinto,
devorando y destruyendo todo a su paso, la espesa pared de acero de 17cm de la
vasija principal, los 6cm de la vasija de confinamiento y los 8 metros de
espesor de cemento de la base del recinto.
Cuando dentro de un reactor
nuclear se rebasa el tan temido punto de no retorno, es decir, el momento en
que las barras de combustible nuclear se funden y dan nacimiento a el Corio, ya
nada se puede hacer. La tecnología desarrollada hasta hoy, no brinda una
solución eficaz para controlar el magma incandescente. No existe ningún
mecanismo o técnica probada que permita poner fin, de manera controlada y
rápida, a su mortífera actividad.
La planta comenzó a liberar
grandes cantidades de materiales radiactivos inicialmente el 12 de marzo 2011
convirtiéndose en el accidente nuclear más grande de la historia superando con
creces el desastre
de Chernobyl de 1986, llegando al más alto nivel 7 en la Escala
Internacional de Sucesos Nucleares (INES
).
Nueve días después del accidente, la nube
radiactiva había cruzado ya América del Norte (EEUU y Canadá) y tres días más
tarde, Islandia detectó materiales contaminados, con lo que ya había llegado a
Europa.
Dos semanas más tarde, las trazas fueron halladas
en todo el hemisferio Norte, donde permanecen confinadas, dado que el ecuador
actúa como línea divisoria de las masas de viento. Diminutas trazas de
emisiones radiactivas procedentes de la planta de Fukushima se han esparcido
por todo el hemisferio norte del planeta. La Comisión para la Prohibición Total
de Pruebas Nucleares, apuntó que su sistema de vigilancia ha descubierto
isótopos radiactivos de yodo-131, y sobre todo cesio-137, que pueden ser
claramente identificados por su origen: Fukushima.
Pese a que en
total fueron evacuadas inicialmente unas 150.000 personas en un radio de 20 Km
de la central, la gestión semicreta de la gravedad del evento afecto a
muchas más personas y no hizo sino
agravar una situación que no ha parado de empeorar con el paso del tiempo. Las
continuas fugas de agua altamente radiactiva al océano Atlantico, junto a las
periódicas emisiones de gases radioactivos de las barras de combustible usadas del
reactor 4 expuestas al ambiente por la rotura de la piscina de refrigeración, y
otras múltiples fugas, configuran un panorama fatal no solo para los
trabajadores de la planta sino para toda la humanidad.
Es importante tener en cuenta que el arquitecto jefe del Reactor 3 de Fukushima Daiichi, Uehara Haruo,
advirtió
ya el 17 de noviembre 2011 , que un " síndrome de China "(aka:
Explosión hidrovolcánicas) era"
inevitable "debido a que el combustible nuclear fundido, el corio, que
se había escapado de su recipiente contenedor se consumía ahora sin ningún tipo
de control bajando a través de la tierra.
El Ministerio de Defensa Ruso informo, que según observaciones
satelitales, habia evidencia de que algún evento novedosos estaba ocurriendo en
Fukushima después de que penachos
de vapor misteriosos fueron vistos por primera vez el 19 de diciembre del 2.013 por
un corto período de tiempo, y de nuevo el 24, 25, 27 de diciembre, y confirmado
posteriormente por un informe que Tokyo Electric Power Company ( TEPCO
) publicó
en su sitio web .
Según este informe, del Ministerio de Defensa y la Flota del Pacífico
detectaron dos explosiones atómicas subterráneas de bajo nivel en la zona del
desastre de Fukushima, el 31 de diciembre
de 2013, el primero
de magnitud 5,1 que mide la intensidad, seguido de pequeñas explosiones de
magnitud 3,6 momentos más tarde.
El Ministerio de Defensa
informa, además, que el evento de magnitud 5.1 se corresponde con la energía
equivalente a 0.0005 megatones de TNT, mientras que el evento de magnitud 3,6
equivale a 0,0000005.
A modo de comparación, el
Ministerio de Defensa notificó que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en
1945 por los Estados Unidos supuso el equivalente a 16 Kilotones = 0.016
megatones de TNT, sobre la energía equivalente a un terremoto de magnitud 6, y
la mayor bomba de hidrógeno jamás detonada fue la bomba Zar, un artefacto
explotó por la Unión Soviética el 30 de octubre de 1961, con una energía
equivalente a unos 50 megatones de TNT.
Estados Unidos parece haber tenido un aviso más avanzado de estas
explosiones nucleares subterráneas, como demuestra su compra a principios de
este mes (06 de diciembre) de 14
millones de dosis de yoduro de potasio, el compuesto que protege el cuerpo
contra el envenenamiento radiactivo bajo las consecuencias de los accidentes
nucleares graves, que se entregarán antes del comienzo de febrero de 2014.
Los expertos estiman ahora que la onda de la radiación de Fukushima
será 10
veces más grande que toda la radiación de las pruebas nucleares de todo el
mundo a lo largo de la historia combinados, y con los nuevos informes que
indican que niveles de radiación peligrosos se han detectado
ya en las nieves que se encuentran en Texas, Colorado y Missouri, el
informe del Ministerio de Defensa advierte que los EE.UU., de hecho, se van a
enfrentar con las consecuencias más graves de esta histórica y aparentemente
imparable catástrofe nuclear.
Todos los sistemas biológicos, como los nuevos informes procedentes de
las zonas costeras occidentales de los Estados Unidos están ahora mostrando, sufren
ya de muertes
masivas de focas, leones marinos, osos polares , águilas calvas, estrellas de
mar, tortugas, el rey y el salmón rojo, el arenque, las anchoas y sardinas
, debido a la radiación de Fukushima.
Al igual como pasa en Japón, los EE.UU. ordenaron a todos sus
principales órganos de los medios de noticias no denunciarlo y minimizar la situación para evitar el pánico general.
Todos los expertos
están ahora advirtiendo que a medida que la contaminación de Fukushima se
extiende por toda la Tierra (cuando grandes cantidades de peces, algas, y todo
en el océano ya se haya contaminado, serán un grave peligro para toda la
humanidad, puesto que estos productos pueden llegar a ser consumidos por las
personas a escala masiva).
El informe Ruso advierte que la orden de Putin para clasificar toda la
información sobre esta actividad muerte masiva nuclear es "de especial importancia" y es vital para proteger los
intereses de estabilidad económica y social de la Federación de Rusia a medida
que esta catástrofe mundial sigua empeorando cada día.
De hecho la
situación solo podría empeorar con el impacto directo de un asteroide o los
restos del cometa ISON sobre los restos radiactivos de Fukushima.
Fuentes:
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