dimecres, 8 d’octubre del 2014

Excalibur sacrificado



La decisión de la Comunidad de Madrid de sacrificar a Excalibur, el perro de la auxiliar sanitaria infectada con el ébola, causa indignación a ciudadanos y científicos.

Cientos de manifestantes en Madrid, y más de 100.000 en las redes sociales a nivel mundial, mostraron su apoyo a Excalibur.

Una resolución de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ratificada ayer por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Madrid, ordenó proceder a la eutanasia de Excalibur y al traslado y posterior incineración de sus restos, tras haberse desestimado los dos recursos presentados para evitar su muerte presentados por el abogado del presidente de la asociación de Mascoteros Solidarios, el veterinario Carlos Rodríguez, quien se habia hecho cargo de la custodia del animal

Esta mañana el Tribunal Superior de Justicia de Madrid informaba de que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Madrid había autorizado a la Consejería de Sanidad a entrar en la vivienda de la enfermera contagiada para que se procediera a coger al perro del matrimonio para su sacrificio.

Tras una jornada muy ajetreada y tensa en Alcorcón, una furgoneta de la Universidad Complutense ha trasladado al infortunado perro entre las protestas de los concentrados frente a la vivienda donde estaba el animal. 

En la operación, en la que han intervenido una treintena de policías con material antidisturbios, se ha rodeado la entrada al inmueble. La tensión ha crecido y la policía ha terminado por cargar contra los manifestantes resultando una persona herida.

El operativo se ha retrasado debido a que los encargados de su desempeño se han negado a entrar en la vivienda hasta disponer de los vestidos apropiados y seguros para realizarla con garantías para su salud.


Oportunidad perdida de la marca España.

La confirmación del sacrificio de Excalibur resultó un jarro de agua fría para quienes lo consideraban importante desde el punto de vista científico y humano, a la vez que otra muestra de ineptitud de nuestros responsables en materia sanitaria.

Después de sus compañeros humanos, el primer defensor de mantener al perro vivo era Eric Leroy, director general del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville, en Gabón y el principal autor del único estudio sobre la exposición de los perros al virus allí realizado,  entre 2001 y 2002, como consecuencia de un brote en humanos.

Para Leroy conocer el papel de los perros en los brotes puede ser muy importante en África y en Europa, porque las aldeas africanas afectadas están llenas de perros, al igual que pasa en las ciudades europeas. 

El experto consideraba fundamental mantener a Excalibur con vida por las posibilidades de estudio que ofrecía en el improbable caso de que hubiese llegado a contraer la enfermedad, pues hasta el momento no hay suficientes estudios sobre la transmisión del ébola de humanos a animales.

"Al perro de Madrid hay que aislarlo, hacerle un seguimiento, estudiar sus parámetros biológicos, ver si está infectado y averiguar si excreta virus. Es muy interesante desde el punto de vista científico, no sirve para nada matarlo", dijo Leroy a El País antes de que se supiera que el inocente perro había sido sacrificado.

En opinión de Leroy, si Excálibur, al que ni siquiera se le llegaron a realizar las pruebas del ébola, hubiera contraído la enfermedad, lo habría hecho por contacto directo con su dueña.
Con su inepto sacrificio se esfuma toda posibilidad de estudio de modo que la incógnita de si los humanos pueden contagiar a los animales de ébola continuará sin respuesta y con ello la posibilidad de salvar muchas vidas.

Los estudios coordinados por Eric Leroy en Gabón, mostraron que los perros pueden ser infectados por el virus del ébola y que su infección es asintomática. 

Tras analizar varias muestras de sangre canina se vio que había un pequeño porcentaje de perros que presentaron "reacciones inmunitarias" pero "ni presentaron síntomas de la enfermedad ni fallecieron".

Se demostró que el ébola estuvo en su sistema inmune, pero en ningún momento el estudio constató que los humanos fueran el origen de la transmisión, pues los perros estudiados podrían haberse expuesto al virus mediante el contacto con otros animales o por la ingesta de animales muertos.

Por el momento lo único que se ha demostrado es la transmisión del ébola a humanos procedente de murciélagos, simios e incluso algún antílope.



Descansa en paz Excalibur

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